Hace poco terminé de releer Los Cuatro Acuerdos del Dr. Miguel Ruiz, y aunque ya lo conocía, esta vez lo sentí diferente. Es uno de esos libros que, aunque son cortitos y fáciles de leer, te llegan profundo. Nos invita a revisar cómo estamos viviendo, cómo nos hablamos a nosotros mismos y cómo nos relacionamos con los demás.
¿De qué va este libro?
La idea central es que todos hemos crecido con una serie de creencias, normas y hábitos que fuimos aceptando sin cuestionar. Cosas que nos dijeron desde pequeños y que seguimos repitiendo como verdades. El problema es que muchas de esas “verdades” no nos hacen bien. Los Cuatro Acuerdos nos propone justamente eso: romper con esos condicionamientos y crear nuevos acuerdos con nosotros mismos. Cuatro principios que, si los aplicamos, pueden ayudarnos a vivir con más libertad, paz y coherencia.
1. Sé impecable con tus palabras
El primer acuerdo es ser impecables con nuestras palabras. Parece simple, pero tiene mucha profundidad. No se trata solo de no decir mentiras o hablar con respeto a los demás, sino también de cómo nos hablamos a nosotros mismos. Las palabras tienen poder, crean realidades. Ser impecables es hablar con verdad, con amor, con intención. Y también dejar de repetirnos frases como “no puedo”, “no sirvo”, “no soy suficiente”.
2. No te tomes nada personalmente
El segundo es no tomarnos nada personalmente. Y este, la verdad, cuesta. Porque muchas veces sentimos que lo que los demás hacen o dicen tiene que ver con nosotros. Pero no. Cada quien habla y actúa desde su mundo, desde su historia, desde su dolor. Cuando dejamos de tomarnos todo personal, ganamos libertad emocional. Dejamos de cargar cosas que no nos pertenecen.
3. No hagas suposiciones
El tercero es no hacer suposiciones. ¿Cuántas veces asumimos lo que el otro piensa, quiere o siente… y nos equivocamos? Hacemos películas en la cabeza, nos enojamos, nos frustramos… y todo por no preguntar o no hablar claro. Este acuerdo nos invita a comunicarnos mejor, con más claridad y menos miedo.
4. Haz siempre lo máximo que puedas
Y el cuarto: hacer siempre lo máximo que podamos. No se trata de exigencia ni perfección. Es más bien un recordatorio de que cada día es diferente, y lo importante es dar lo mejor de nosotros en cada momento, con lo que tenemos. A veces será mucho, a veces será poco, pero si lo damos con honestidad, eso alcanza.
¿Qué me gusto del libro?
Es un libro que va directo al punto, y lo hace con ejemplos que cualquiera puede entender. Me gustó que, sin ser religioso, tiene una espiritualidad profunda. Y me gustó que no te obliga a creer nada, solo te invita a mirar con otros ojos tu forma de vivir.
¿Con qué me quedo?
Me quedo con la sensación de que podemos vivir con más ligereza si aprendemos a cuidar lo que decimos, a no tomarnos todo tan personal, a hablar con claridad y a dar lo mejor de nosotros sin presionarnos. Me quedo con la idea de que podemos desaprender lo que ya no nos sirve… y volver a elegir.
Es un libro que recomiendo si estás en un proceso de conocerte más, de soltar cargas o de encontrar un poco más de calma en tu vida. A veces no se trata de hacer grandes cambios afuera, sino de cambiar un poco cómo nos hablamos por dentro.
¿Ya lo leíste? Si te animás, me encantaría saber qué te dejó de enseñanza este libro. Y si no lo leíste, ojalá te animes. Vale la pena.