Resumen «Mi Constelación» – Diana Peneva

Un viaje hacia nuestras raíces emocionales

Hace poco terminé de releer un libro que, sinceramente, se ha vuelto muy especial para mí: Mi constelación, de Diana Peneva. No solo por su mensaje, sino por todo lo que representa a nivel personal y emocional. Es un libro breve, visual, lleno de sensibilidad… y profundo como el universo que propone explorar.

A través de una historia aparentemente sencilla entre un niño (Mario) y su abuelo (Petar), esta obra nos invita a mirar nuestro pasado familiar con nuevos ojos. A veces creemos que ya sabemos de dónde venimos, pero este libro demuestra que siempre hay más capas que descubrir, más estrellas que conectar.

¿De qué va este libro?

«Mi constelación» gira en torno a Mario, un niño curioso que empieza a ver el cielo –y su historia familiar– de otra manera gracias a las enseñanzas de su abuelo Petar. Lo que al inicio parece una simple conversación entre generaciones se convierte en una profunda exploración sobre lo que heredamos emocionalmente y cómo eso influye en nuestra vida.

Cada miembro de la familia es como una estrella: brilla, tiene su lugar, y está conectado con los demás en una constelación única. Al conocer esas conexiones, podemos sanar, agradecer y avanzar con más claridad.

1. Honrar nuestras raíces

Uno de los pilares del libro es el valor de reconocer de dónde venimos. No se trata solo de nombres o anécdotas, sino de comprender las emociones, decisiones, y silencios que nos han sido transmitidos. A veces, al mirar al pasado sin juicio, encontramos claves para entender por qué sentimos, reaccionamos o deseamos ciertas cosas.

2. Sanar lo que no se dijo

Hay historias que no fueron contadas, heridas que no fueron expresadas, emociones que quedaron congeladas en el tiempo. Este libro pone sobre la mesa la importancia de darle un lugar al dolor no nombrado. Porque lo que no se dice, muchas veces se repite.

Más allá del pasado, «Mi constelación» nos enseña a mirar al futuro desde un lugar de gratitud. Agradecer no significa justificar lo vivido, sino reconocer que cada experiencia forma parte de lo que somos y que ahora podemos elegir conscientemente cómo queremos vivir y relacionarnos.

¿Con qué me quedo?

Me quedo con la certeza de que explorar nuestro linaje no es un acto nostálgico, sino liberador. Que mirar hacia atrás con amor y curiosidad nos da fuerza para caminar con más seguridad hacia adelante.

Y también me quedo con la emoción de saber que este libro no es solo para niños. Es para todos los que estamos en búsqueda de sentido, conexión y sanación. «Mi constelación» me ha recordado que dentro de cada uno de nosotros vive un cielo lleno de historias… y que vale la pena iluminarlas.

¿Ya lo leíste?

Si ya lo leíste, me encantaría saber qué parte te tocó más o con qué estrella de tu constelación conectaste. Y si aún no lo has leído, te animo a hacerlo con tu familia y con el corazón abierto: puede ser un punto de partida para sanar, agradecer y avanzar.

💫 Porque cuando conocemos nuestras raíces, es más fácil extender nuestras alas.